Beneficios de un cerebro multilingual
El cerebro de una persona bilingüe es distinto al de una monolingüe, tanto en su aspecto físico como en la manera en que trabaja. Además de darnos pase libre a contenido producido en otros idiomas y poder entablar conversaciones con millones de nuevas personas, aprender varios idiomas, o al menos un idioma adicional al natal, tiene varios beneficios que seguro te interesarán.
Las diferencias entre un cerebro bilingüe y monolingüe empiezan por su aspecto físico, un cerebro bilingüe tiene más materia gris que uno monolingüe precisamente por el nivel de “ejercicio” cerebral que conlleva aprender un nuevo idioma. Este constante ejercicio nos ayuda a prevenir enfermedades mentales como alzheimer y demencia, como tratamos en uno de nuestros artículos anteriores, pues es en la materia gris donde se encuentran la mayoría de neuronas y sinapsis (proceso de intercambio de información entre neuronas), teniendo como resultado un cerebro más saludable.
Ellen Bialstok, catedrática de la Universidad de Reading, asegura que no hay experiencia humana más intensa que la de practicar el lenguaje, no solo por la gran proporción de áreas del cerebro que trabajan durante el aprendizaje, sino también porque es algo que se realiza 24/7 y con los dos idiomas activados de manera perpetua y simultánea en distintos grados.
Acorde a Bialstok, este intenso ejercicio es clave para mejorar la capacidad cerebral de cambiar y establecer nuevas conexiones neuronales, capacidad denominada neuroplasticidad. Los resultados sobre la capacidad neuroplastica del cerebro cambiaron todo lo que se creía saber sobre el cerebro. Si bien antes se pensaba que el cerebro era estático e inmutable, que nacíamos con cierto número de neuronas (las cuales marcaban nuestro futuro intelectual) que íbamos perdiendo con el tiempo, ahora sabemos que el cerebro tiene la capacidad de cambiar, reestructurarse y fortalecerse con el ejercicio y estímulo constante.
Desde la perspectiva educativa, la neuroplasticidad establece un escenario muy positivo para quienes se encuentren en procesos educativos ya que implica que todos los estudiantes tienen la capacidad para mejorar. Es decir, trabajar en tu plasticidad cerebral, facilita la capacidad de aprendizaje de forma general. En el caso de los niños pequeños, el aprendizaje de un nuevo idioma desde temprana edad, le permitirá trabajar de forma más holística, utilizando los dos hemisferios de su cerebro. Aunque la forma del cerebro cambiará de forma positiva al aprender idiomas a cualquier edad.